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Enlazado eres con las palabras de tu boca, Y preso con las razones de tu boca.

Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, Ya que has caído en la mano de tu prójimo: Ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo.

No des sueño á tus ojos, Ni á tus párpados adormecimiento.

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